¿Merece la pena invertir en dividendos?
Invertir en dividendos es una estrategia diseñada para los inversores más conservadores puesto que, independientemente de la evolución de las acciones en bolsa en los mercados, el inversor dispondrá -en caso de que la empresa obtenga beneficios- de una o varias remuneraciones a lo largo de un año natural. Pero ¿qué son? ¿Valen la pena? ¿Cuándo se cobran? El comparador financiero y de créditos rápidos WannaCash.es resuelve estas y otras cuestiones relacionadas a continuación.
Los dividendos son una de las formulas que tienen las compañías de retribuir a sus accionistas. La mecánica es sencilla: cuando una empresa obtiene beneficios puede invertirlo en la propia compañía para mejorar su infraestructura, innovar e investigar o, puede decidir repartirlo -por lo menos un porcentaje- entre los distintos accionistas de la compañía. Obviamente la cantidad a cobrar dependerá del número de acciones que se posea y del valor económico de dicha acción -asignado previamente-.
En el mundo de los dividendos cobra capital importancia el término pay-out, que es el ratio que indica el porcentaje de los beneficios que una empresa dedica al pago de los dividendos. Es decir, si una empresa tiene un pay-out del 20% quiere decir que destinará dicho porcentaje del beneficio para repartirlo entre todos sus accionistas. Es por ello que es un factor muy importante para los inversores a la hora de analizar la rentabilidad y decidir dónde y cuánto dinero gastar.
Por otro lado, existen tres tipos de dividendos según la forma de pago: pago en metálico, es la más clásica y supone el cobro en efectivo por cada acción; pago en forma de acciones, cuando la empresa le da acciones adicionales al cliente por cada X títulos que este posea; y el scrip dividend, de creciente popularización en los últimos años y que viene a ser una combinación de ambas: ofrece la posibilidad de cobrar en metálico o en acciones.
En cuanto al periodo en el que se cobran dichos dividendos varía según la empresa en cuestión, puestos que las distintas empresas pueden hacer dicha distribución de forma mensual, trimestral, semestral o anual.
¿Debo declarar los dividendos en la declaración de la renta? Sí. Y desde 2015, también aunque la cantidad sea inferior a 1.500€. Los dividendos en metálico, por lo tanto, se integrarán como rendimiento del capital mobiliario y están sujetos a los siguientes tipos de IRPF: ganancias de hasta 6.000€, al 19%; entre 6.000€ y 50.000€, al 21%; y más de 50.000€, al 23%.
En definitiva, los dividendos están pensados para inversores conservadores que miran a medio/largo plazo y prefieren no arriesgar su dinero más de lo necesario, puesto que las compañías que reparten dividendos son empresas de cierta solvencia -casi todas cotizan en el Ibex 35- y raramente generan desplomes significativos en sus precios.