Conocimientos junguianos en una biblioteca

Las bibliotecas gustan a todo el mundo. Al fin y al cabo, son centros públicos del saber en los que, además, se puede disfrutar de una alta dosis de tranquilidad. Echar la mañana o la tarde, leyendo en una biblioteca material, por el que no hay que pagar, es una experiencia única. Además, cuando tenemos que estudiar cualquier cosa, como un curso, una carrera universitaria o, los exámenes de la PAU, se nos brinda un entorno amplio, silencioso y lleno de libros de todas las materias necesarias, como lengua, literatura, matemáticas o ciencias sociales. Las bibliotecas, en resumen, tienen muchos usos prácticos. Sin embargo, también podemos utilizarla para aprender por ocio y placer, sobre todo, en la era de la informática e internet. Sin duda, se nos ofrece un sinfín de posibilidades de conocimiento.

Porque hay muchas materias y disciplinas que todos nosotros, tengamos la edad que tengamos y trabajemos en lo que trabajemos, deberíamos conocer, al menos, de una manera muy divulgativa. Por ejemplo, la psicología, indispensable para conocer cómo funciona la mente humana desde una perspectiva física y desde un enfoque puramente psicoanalítico. Por ejemplo, en cualquier biblioteca que se precie, hay acceso a libros de psicología junguiana. A través de las obras más conocidas de Jung, podemos aprender sobre los arquetipos y el inconsciente individual y colectivo; y, con ello, aprender qué nos vincula, como individuos, a otros individuos. No tenemos por qué emplear luego ese conocimiento en trabajos o estudio. Sencillamente, podemos aprender, sin condiciones.

De igual modo, las bibliotecas de la actualidad disponen de amplias y extensas salas de estudio que podemos utilizar para complementar lo que leamos. La web de Sepa en España nos permite acceder a material complementario sobre las teorías de Jung, así como debatir o acudir a eventos relacionados. Porque, al fin y al cabo, de eso va la Sociedad Española de Psicología Analítica, un foro virtual de todos aquellos conceptos de psicología que, en su día, desarrolló uno de los penadores más influyentes del siglo XX y de la actualidad. Por esto y otras cosas, acudir a una biblioteca a empaparnos de cultura, nunca es tiempo desperdiciado, todo lo contrario. El saber no ocupa lugar.