Cultivando sabor con el abono ecológico
Lo natural es lo bueno. Partiendo de esta base, podemos unirnos a la forma de abonar las tierras de cultivo de antaño, con fertilizantes ecológicos tanto los de origen animal, como los de origen vegetal y dejar a un lado los abonos y fertilizantes de origen químico.
Usar abonos orgánicos ecológicos para el cultivo de verduras, hortalizas y árboles frutales, es beneficioso para los consumidores, por un lado, para el sentido del gusto y del olfato porque los productos obtenidos que solo han sido tratados con abonos ecológicos tienen sabor y olor, y por otro lado, para la salud de nuestro cuerpo. Pero no se queda ahí, porque los beneficios en la utilización de fertilizantes ecológicos elimina la emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera, como ocurre en la elaboración de abonos de origen químico, en las fábricas.
A los consumidores, por ejemplo, nos gusta ver una manzana perfecta, sin manchas, brillante, con colores vivos pero, estas manzanas no saben a nada, ni huelen a nada. Entonces, vamos a hacernos una pregunta ¿no sería mejor comprar una manzana más fea a la vista pero que nos regale un auténtico sabor a manzana con cada mordisco y nos llegue ese olor a fruta que despierte todos nuestros sentidos?
Si la respuesta a la pregunta formulada es afirmativa, está claro que pertenecemos a ese grupo de los que apuestan por lo natural, por la salud y por el respeto al medioambiente.
Los abonos ecológicos no solo hacen que de la tierra salgan productos naturales y sanos, sino que además, enriquecen el suelo, la añaden nutrientes, lo fortalecen y lo protegen de plagas y parásitos.
La finalidad de la agricultura ecológica es la producción de alimentos de alto contenido nutricional, pero también, en cantidades suficientes para que pueda llegar y ser consumido por toda la población, en ningún caso, se debería pretender que los productos resultantes del cultivo ecológico, se conviertan en un artículo de lujo, al que solo pueden acceder personas con un relativo poder adquisitivo.
Para lograr una buena producción en la agricultura o cultivo ecológico, además de la utilización de abonos orgánicos ecológicos, se recomienda un cultivo rotatorio para mantener la tierra en los niveles óptimos de fertilidad; las rotaciones de cultivo consisten en combinar los cultivos de familias diferentes, es decir, cultivos de raíz superficial y después de raíz profunda; cultivos de fruto y flor y después de tallo y de raíz y así sucesivamente.
Abogar por la utilización de fertilizantes ecológicos es una alternativa de respeto a nuestro cuerpo y a nuestro planeta.