Cómo aprender a pagar los impuestos trimestrales
Para los neonatos en esto de darse de alta en Hacienda como profesionales independientes, la acción de pagar los impuestos trimestrales puede resultar muy estresante. La burocracia de la Agencia Tributaria es compleja, incluye mucho papeleo y mucha terminología que la persona nueva en esto de contribuir no tiene por qué conocer.
El primer trance complicado es darse de alta, un proceso en el cual el nuevo contribuyente deberá aportar sus datos personales, el porcentaje a pagar según su actividad profesional, el epígrafe de dicha actividad, y el régimen, que suele ser el ordinario.
Es importante, de todos modos, pasar por ello, aprender, y poco a poco convertirse en un experto en esto del pago, siempre trimestral, del IVA, o del IGIC en el caso de Canarias. Al fin y al cabo, cada vez que facture su factura incluirá su porcentaje de IVA o IGIC, la reducción por IRPF y la base imponible del total, y solo se puede facturar si se está dado de alta.
Controlar los impuestos, quizá la operación más básica de los ciudadanos, repercutirá además positivamente en otras actividades, como la solicitud de un crédito bancario o de créditos rápidos, y en sí el control de cualquier operación financiera legal. Eso sí, como hemos dicho, son trimestrales.
Si una persona se da de alta en Hacienda, por lo tanto, tiene que declarar sus impuestos en cuatro períodos anuales diferentes: abril, julio, octubre y enero, el mes en el que además ha de presentarse el sobre anual con la documentación que resume todo el año fiscal del contribuyente.
Esta declaración es obligatoria aun en el caso de no percibir salario durante un trimestre, en cuyo caso, sencillamente, se deberá marcar en los documentos del período correspondiente el epígrafe «Sin actividad».
Si una persona desea, por cualquier motivo, dejar de declarar, deberá rellenar la documentación correspondiente para darse de baja en la Agenci Tributaria. Mientras, es obligatorio acudir en cada trimestre por ley. En resumen, es un procedimiento al que cuesta acostumbrarse, pero con la práctica los pagos del IVA o del IGIC en cada trimestre acaban automatizádose.