Coronas de flores cargadas de emociones
Las flores siempre están presentes en nuestra vida. Flores para alegrar una estancia de la casa, flores en la celebración de eventos familiares (bodas, comuniones, cumpleaños, aniversarios, funerales) y profesionales.
Por otro lado, las flores siempre se han relacionado con el amor. Flores para el día de San Valentín, en Navidad, el día del cumpleaños de nuestra pareja. De hecho, hasta han aparecido en el mercado las flores eternas, rosas que permanecen impasibles al paso del tiempo, conservando su color, su figura y su belleza, para siempre, con lo cual, nos vienen muy bien para regalar a la persona amada como símbolo de nuestro amor eterno por él o ella.
Normalmente, asociamos las flores a momentos felices, pero también nos acompañan en aquellos momentos en los que no hay felicidad sino todo lo contrario, tristeza, dolor, aflicción. Ese momento tan duro, en el que perdemos a un ser querido y llenamos el espacio donde descansa de flores que, con su colorido, belleza y olor, nos trasladan a recordar los momentos felices que hemos vivido con ellos y que siempre permanecerán con nosotros, en nuestro corazón. Porque, cuando amas a alguien, nunca muere.
Las coronas de flores para un funeral, llevan en sí una carga emocional. Quizás, para hacerlo un poco más hermoso, podemos pensar que cada una de las flores y pequeñas hierbas que conforman la corona de flores, somos todos aquellos que hemos tenido la suerte de haber compartido la vida con la persona a la que ahora estamos despidiendo. Cada rosa, cada pétalo, cada aroma… son momentos de su vida y seres queridos que siempre van a estar a su lado, de una u otra forma.
Y, por si alguna vez nos habíamos preguntado por qué se ponen coronas de flores y, por tanto, de forma circular, hemos de decir que responde a motivos que tienen que ver con la religión. El hecho de ser redonda simboliza que no hay principio ni fin, todo está unido. Nacemos, vivimos, morimos y resucitamos con EL. Simboliza unidad con Jesucristo en la vida y en el momento de la muerte.
Al margen de sus orígenes cristianos y de las creencias personales de cada uno, la corona de flores para un funeral son, simplemente, un presente, un recordatorio para esa persona especial, nada más. Una manera, quizás de llenar de color ese momento gris, esa circunstancia que, por real y normal, no deja de ser difícil de llevar y de aceptar.