Mascarillas y champús naturales y sostenibles

A veces, no sabemos muy bien qué hacer con nuestro pelo. ¿Nos damos un gran tijeretazo o nos rapamos? ¿Nos lo rizamos de manera más o menos permanente? ¿Nos hacemos mechas de algún color que nos guste o, mejor aún, nos decoloramos al cien por cien y probamos, tal vez por primera vez, los tintes de fantasía? Lo cierto es que a veces lo único que deseamos es sentir que nos estamos cuidando el cabello, aunque solo sea probando un nuevo tratamiento, quizá champús novedosos que nunca antes hemos usado. Vamos a situarnos en esta última posibilidad. Resulta que hay no pocas opciones para innovar en cuanto a productos capilares y, de hecho, una de las mejores, que encontraremos muy fácilmente buscando en internet, es el champú natural sin químicos.

No solo el champú. Cada vez con más frecuencia, incluso en supermercados y grandes superficies, vemos marcas de productos para el pelo elaborados sin productos químicos dañinos tanto para nosotros y nosotras, como para el medio ambiente. Sin embargo, y como acabamos de señalar, es en internet, donde además podemos comprar sin preocuparnos de cubrirnos la cara o desinfectarnos las manos en estos agotadores y ya rutinarios tiempos de la pandemia de la COVID-19, donde veremos una variedad mucho mayor. Junto con el champú en cuestión, podemos encontrar una buena mascarilla natural para el pelo, siendo «natural», en este contexto, sinónimo puro de «sin químicos».

Si tomamos la acertada decisión de probar algo nuevo con esta gama de productos sostenibles y respetuosos con el planeta, no nos arrepentiremos. Primero porque, si realmente nos preocupa en serio algo tan cotidiano como reciclar, sin duda nos sentiremos más a gusto sabiendo que estamos utilizando un champú o una mascarilla, o tal vez un acondicionador natural, que no incidirá de manera negativa en el ya de por sí grave cambio climático. Segundo, porque serán nuestras raíces y nuestras puntas las primeras que notarán el cambio. A fin de cuentas, los sulfatos y otros agregados químicos no necesariamente limpian más, y no cabe duda de que son sustancias agresivas. Lo natural, en este caso, es lo más positivo posible.