Motivos para vender una parte de un proindiviso
En ocasiones, vender una propiedad es la mejor opción que tenemos a nuestro alcance. Esto puede suceder por muchos motivos, entre ellos, la necesidad del pago de deudas, o la adquisición de una vivienda mayor, o quizá emprender en un negocio. Si esto es así cuando poseemos dicha propiedad al cien por cien, cuando solo disponemos de una parte, esto es, de un proindiviso, se le suma a todas las ventajas señaladas antes una diferente: la evasión de los potenciales conflictos con el resto de propietarios. Puede suceder esta situación tras una herencia, por ejemplo, cuando muchos hermanos reciben la misma casa como legado. Quizá en algunos casos la gestión compartida resulte armónica y sencilla, pero cuando no lo es, plantearnos en serio la posibilidad de vender el proindiviso resulta ser, quizá, la mejor alternativa a nuestro alcance.
En todo momento, cuando hablamos de propiedad, estamos estableciendo una equivalencia directa con una casa. No es realmente el único escenario posible, ya que también podemos compartir el local de un negocio familiar, entre otros ejemplos. Sin embargo, no cabe duda de que, dentro del siempre cambiante y oscilante sector inmobiliario, es el proindiviso de vivienda el que más presencia, y por extensión más problemas añadidos, suele tener. Actualmente, las diversas crisis económicas que estamos viviendo, fruto de la pandemia, de guerras y de la consecuente inflación internacional de los precios, ha propiciado también el crecimiento de una nueva burbuja inmobiliaria que afecta también a los precios del alquiler, nunca regulados por los poderes estatales. Por tanto, en el contexto actual, poseer un proindiviso, y que este sea parte de una casa, exige una reflexión más profunda.
No obstante, si finalmente decidimos vender, sea para solucionar situaciones adversas o para obtener el dinero de la venta, existen servicios y empresas especializados en servir de intermediarios entre vendedores y potenciales compradores, es decir, en gestionar en general la compra de proindiviso. Por lo tanto, el proceso en sí, que en solitario es tedioso y puede ser incluso muy agobiante, se resuelve de la manera más fácil y satisfactoria, para nosotros y nuestros intereses, con la ayuda adecuada.