Variedad de cámaras de vigilancia y sus usos
Estamos acostumbrados de ver todo tipo de cámaras. Por ejemplo, cuando encendemos la televisión y vemos a los profesionales en cuestión grabando un plató. También, cuando atisbamos el cartel de «zona videovigilada» en algún área pública o privada, y desde luego cuando buscamos modelos directamente. En este último caso, y gracias a las facilidades de internet, tenemos a nuestra disposición en la red no pocas tiendas que comercializan esta tecnología como un producto más en una tienda de electrónica o, mejor aún, en un comercio especializado. En este último caso, probablemente descubramos la enorme variedad de modelos: desde los analógicos de toda la vida, hasta las modernas cámaras CCTV, todas ellas diseñadas y creadas con propósitos de vigilancia muy concretos.
Cualquier persona puede necesitar en algún momento vigilar con una cámara su espacio privado, con la misma voluntad con la que nos protegemos a nosotros mismos con la mascarilla durante la pandemia. En el caso de los locales pequeños, que se suelen identificar con los familiares y las pequeñas empresas, normalmente los empresarios en cuestión se conforman con las cámaras de vigilancia analógicas. En realidad, «conformarse» no es una palabra demasiado adecuada, ya que la videovigilancia tradicional, a pesar de la modernidad de otros modelos adaptados al mundo digital, siguen siendo cien por cien eficientes y eficaces, y como soluciones estándar y asequibles de seguridad probablemente no haya una alternativa más adecuada.
Los otros modelos mencionados, es decir, aquellos que hacen uso de la tecnología digital más puntera, son adecuados en edificios grandes en los que la conectividad de una red de vigilancia sea esencial. Hablamos, sin ir más lejos, de las cámaras de seguridad IP, que por suerte, también son muy fáciles de adquirir en las ya señaladas tiendas especializadas. Seguramente sean las cámaras que vemos en edificios de la administración pública, en museos y archivos, etc.
¿Cuál de todas estas cámaras es mejor? Si hemos leído con atención, sabremos a estas alturas que ninguna. Todas se complementan, precisamente porque cada necesidad de vigilancia personal es diferente y requiere unas u otras soluciones. En resumen, cualquier cámara que elijamos cumplirá su cometido con excelencia.